Y seguimos con la ronda de preguntas, al parecer ha sido bastante útil para muchos, en especial para recordarnos que no somos los únicos padres en el mundo que nos enfrentamos a estas tipo de situaciones incomodas.
Sin embargo, quiero recordarte tambien que podemos tomar todas estas preguntas o manifestaciones de la sociedad acerca de la crianza bilingüe con muchísimo respeto, cada persona opina según su experiencia de vida y su situación personal, por eso recuerda sonreír, no tomarlas como un ataque personal y mucho menos tomar a la otra persona como ignorante, es su experiencia de vida, no la nuestra.
Aquí van tres preguntas más...
¿Cómo comenzar a enseñarles dos lenguas a nuestros hijos?
Lo más importante es reconocer que los padres no les enseñamos “a hablar” a los hijos, así como no les enseñamos a caminar o a sonreír. Para ello trabaja nuestro cerebro y las neuronas espejo hacen un trabajo maravilloso.
Les recomiendo tener en cuenta dos de los factores más importantes en el desarrollo lingüístico, que son la exposición y la necesidad. Si los niños están expuestos a una lengua en circunstancias diversas y con personas diferentes, si sienten que necesitan una lengua para comunicarse con el mundo que les rodea, la van a aprender. A adquirir que es la forma natural e inconsciente de aprender una lengua. Entonces, céntrate en ser tú, en transmitir la lengua con total naturalidad, con situaciones cotidianas, con el juego, los abrazos y los paseos al parque. Esta es sin duda la mejor forma de comenzar.
En edades tempranas te recomiendo acercarte el objeto al que les estas dando importancia a tu rostro, para que el niño tenga la oportunidad de ver tus labios, tus gestos y llevarse una experiencia completa y de calidad con la lengua.
Ahora viene una pregunta que suelen decir en afirmación muchos abuelos, "seguro hablará tú lengua si te comunicas con él en ella desde el nacimiento".
¿Es verdad que si exponemos a nuestros hijos a dos lenguas de nacimiento, las aprenden sin más?
Lamento decirte que la respuesta es negativa.
Sin embargo los niños lo pueden hacer con poca dificultad, y no les causa ningún extra. La parte difícil es asegurarse que los niños tengan suficiente exposición natural a las dos lenguas, exposición de calidad.
La mayoría de las veces, una de las dos lenguas que se quiere que el niño aprenda es la lengua local, y la otra/otras se convierte en la lengua minoritaria. Lo importante radica en darle a los niños suficientes oportunidades para que también usen la lengua minoritaria durante toda su infancia, incluso durante toda su adolescencia y tambien en su vida adulta.
Una lengua necesita practica y la practica debe ser constante. Lo que tengo para decirte es que no te olvides que la exposición a la lengua no debe ser forzada ni ofrecida en momentos de estrés o frustración. La mejor manera, de ser posible, es ofrecer a los niños, si, desde el nacimiento a una exposición constante, no olvidarte que es necesario tener un objetivo, identificar nuestro propósito.
También elegir nuestra estrategia lingüística familiar (o estrategias), tener un plan de acción, en el que podamos identificar cuales son nuestros fuertes y oportunidades, nuestras debilidades y amenazas frente a la lengua minoritaria.
La siguiente y ultima pregunta de esta tercera ronda, me toca mucho el corazón de mamá multilingüe por experiencia y no tanto de profesional. ¿Por qué? Mi pareja (italiano) y yo (español) hablamos diferentes lenguas y vivimos en un país que nos ofrece una tercera lengua (alemán).
¿Les debemos hablar a nuestros hijos únicamente en cada una de nuestras lenguas si queremos que sean bilingües?
Es cierto que la estrategia lingüística más conocida es OPOL (un padre, una lengua). En esta la idea es que mamá hable siempre su lengua materna con los hijos y papá les hable siempre en la suya (en la que tienen como meta cada uno). Es una buena estrategia para formar un hogar bilingüe con éxito, sin embargo, no es el único e incluso puede no funcionar en algunas situaciones familiares.
Si cada padre hablará únicamente su lengua, estamos perdiendo de vista la cantidad y la calidad de la exposición del niño. Es decir podríamos perder el equilibrio. Los niños necesitan escuchar ambas lenguas a menudo y en situaciones diversas. En ocasiones escuchar la lengua minoritaria solo por parte de uno de los padres, es posible que la exposición a ésta sea insuficiente para un desarrollo lingüístico natural. Si le sumamos a esto que ambos padres comprendan y se comunican bien en la lengua mayoritaria, los niños pueden sentir que no necesitan la minoritaria.
Por lo tanto, es de mucho valor encontrar fuentes de exposición alternativas y otras maneras diferentes de crear la sensación de necesidad.
Crea comunidad, busca grupos e infórmate para lograr transmitir tu lengua de herencia.
Otro problema al que nos puede llevar hablar cada uno únicamente su lengua, es el de la exclusión. Si uno de los padres no habla la lengua del otro, los niños poco a poco se darán cuenta que si hablan la lengua de la madre, están excluyendo al padre de la conversación, y viceversa. En consecuencia, los niños podrían negarse a utilizar una de las lenguas cuando ambos padres están presentes.
Nuestra recomendación aquí es esforzarnos por comprender ambas lenguas, podemos armar un plan de familia y aprenderlas de la mano de nuestros hijos y así nadie se siente excluido de las conversaciones familiares.
Última recomendación, conoce otras estrategias lingüísticas familiares y crea tu plan familiar, uno justo a la medida de tu dinámica familiar.
Con cariño,
Laura Gutiérrez
Si todavía no has leído las dos rondas de preguntas anteriores, las encuentras aquí: