Este post ha permanecido en modo privado porque no me atrevía a compartirlo. Con los días me he dado cuenta que quizás es necesario ir más allá, y hablar y afrontarlo a sanado mi corazón, mi espíritu, mi mente y hasta mi utero. La mayoría de las mujeres viven este capítulo en silencio y entierran el dolor y la desilusión en lo más profundo, no es necesario, esto lo viven miles de mujeres en el mundo sea un aborto inducido o uno espontáneo (yo ya he vivido los dos), estoy segura que tu vecina, tu tia, una amiga, o una conocida tiene para ti una historia que contar. Es normal es nuestro cuerpo, esto solo demuestra una vez más que estamos vivas, que somos seres humanos y podemos fallar.
Comprendí que no siempre logras ser la princesa encantada del cuento, no eres varita mágica creando un milagro. Llegando de nuestras vacaciones en Indonesia queríamos dar la gran noticia, pensaba en retomar mi actividad cotidiana con una buena noticia, ese secreto que llevábamos guardando solo los tres desde el 25 de abril que nos dieron la noticia. La tarde del 25 mayo, se apagó la luz, no sabía si me temblaban las piernas, el corazón o el alma. Mi cuerpo había tomado la decisión sin consultarme, sin tener en cuenta mis ilusiones, nuestros sueños. Los doctores actuaron de inmediato, aseguraban que esa misma noche tendría hemorragia; lo mío era un embarazo anembriónico, en resumidas un embarazo sin bebe, se desarrolla únicamente el saco gestacional pero sin nada a dentro, debía de estar en al semana 10, pero con este tipo de embarazo no hay bebe desde el inicio, ese mismo día a media noche ya había salido de la sala de operación, para encontrarme con la cara de preocupación de Pier y de desorientación tuya, hija.
Entre los tramites para la entrada al hospital en el puerto de Labuhanbajo, en la isla de Flores, el papeleo que tuvimos que llenar en alemán, las enfermeras y doctores hablando a trasfondo en Bahasa, otros explicándonos todo en ingles, y Lucía que no paraba de preguntar “mamá como estas?” “mamá te duele?”, no nos dimos cuenta a decir verdad ni de lo que estaba sucediendo ni del vacío que se iba a venir cuando saliéramos de esa isla.
Lo peor era mejor no contarlo, ese momento era mío, esa escena la guardaría para siempre en mi memoria. Aquello que no le desearía a nadie. Una experiencia que me recordó que era una berraca, entre cuatro paredes me di cuenta que era más fuerte de lo que creía, estaba sola, ya me había despedido de Pier y me acompañaban solo mis sollozos, aquella escena no formaba parte de la historia de mi vida, no quería que hiciera parte de mi historia, estaba tan lejos de todo, ya Alemania es lo suficientemente lejos y ahora esto me tenía que pasar en el más allá.
Aceptando la prueba que me había deparado el destino, decidí pasar página, con el tiempo me he hecho fuerte y la vida me ha dado otra oportunidad, tanto para renacer de nuevo como mujer como para dar vida a una criatura, tu herman@ Lucía, llegará en abril 2017 y siento la misma emoción que sentí al saber de ti, sin embargo no he querido enamorarme a primera vista por temor a sufrir, el capítulo se ha abierto de nuevo y este embarazo ha sido un camino de luces y sombras, de temores, ahora si que le estoy dando mil vueltas.