Lo estaba deseando desde hace mucho tiempo, tenia que viajar hasta España para ello, escogí Madrid, ocho meses antes ya había separado mi cupo, iba derecho a realizar el taller de mi vida con una gran mujer @marisamoya.
“El taller de disciplina positiva me capturo el alma y ahora si que no se me borra de la cabeza que cada tormenta de sentimientos de mis hijos o de cualquier pequeño ser, es una necesidad”.
Lo estaba deseando desde hace mucho tiempo, tenia que viajar hasta España para ello, escogí Madrid, ocho meses antes ya había separado mi cupo, iba derecho a realizar el taller de mi vida con una gran mujer @marisamoya.
“El taller de disciplina positiva me capturo el alma y ahora si que no se me borra de la cabeza que cada tormenta de sentimientos de mi hija, es una necesidad”.
Comprendí que como adultos la mayoría no sabe suplir esa necesidad, y de ahí se origina el caos, el rechazo, el irrespeto, el control, la frustración y la culpabilidad. Una tormenta de sentimientos que se da por que son niños y por tanto tienen una ausencia de recursos y habilidades, que solo nosotros podemos enseñarles, pero ¿cómo lo estamos haciendo?.
Fui de los primeros en llegar al gran evento, pues para mí si que lo era, y la verdad doy fé de que para todos lo fue, sentía una mezcla de sensaciones, que con el empezar al hablar de mi entrenadora, por que ya es mía, la siento cerca cada vez que yo hablo de este estilo de vida. Los sentimientos no se desaparecieron pero se quedaron sentados juiciosos en espacio de mi ser, y así fue como todo mi cuerpo, mi alma y mi mente guardaron para siempre palabras, gestos, sonrisas, lagrimas, inquietudes y esperanzas que compartimos durante el taller.
Marisa da la bienvenida, se organiza al agenda, se reparten tareas y se empieza a caminar paso a paso para meternos de lleno en la formación, con reflexiones importantes como, hoy en día parece que todo el mundo sabe como criar, y parece ser que cada niño esta bien acompañado, sin embargo, basto la primera hora para comprender que no es cuestión de amor, el lío esta en ¿cómo enviamos ese mensaje de amor?.
Durante el taller, aunque no fuera la intención de él, me sentí culpable, llore, fue duro ponerme en los zapatos de mis hijos, fue duro aceptar, tan duro fue que en una actividad me toco retirarme, decir no puedo escuchar más esto hacia mi, y tan solo ver que es lo que nuestro niños escuchan todos los días, muchas veces al día. Menos mal el taller contó con personas hermosas, personas tan lindas, que me abrazaron con palabras y sonrisas más de una vez el alma, y claro esta que con abrazos también. Participábamos padres de familia, educadores, psicólogos y terapeutas.
Realizamos actividades como “la camiseta”, “haz lo que digo yo”, “amable y firme”, “el puño”, “la jungla”, “ser consecuente”, y muchas más, disfrutamos de todas estas actividades en la piel de los más pequeños, en los zapatos de la infancia. Es de esas experiencias que no te cansas de vivir, porque en cada una de ellas y de cada persona que hace parte aprendes cosas diferentes, de todas sales brillando como un sol de medio día, con ganas de más y de compartir lo vivido con más personas. Esta claro que cada crianza es diferente, cada padre decide como hacerlo, pero todos no importa nuestro camino debemos ser conscientes que lo que decidimos, lo que hacemos, y lo que decimos, determina enormemente lo que viene después, lo que hemos construido.
Un camino lento, si lento, pero seguros que vamos por el camino correcto, salí de este taller convencida de que es posible hacer las cosas de otra manera, es posible educar con conexión.
Recuerdan mis escritos en instagram de los mejores uff y los mejores uaooo, pues este taller esta en la lista de ellos.
Gracias, gracias a cada uno de los que hicieron parte de este taller, gracias por esparcir amor, y por compartir ese amor incondicional a la infancia que sale de la profundidad de sus corazones, soñé con vivir en persona este taller, pero nunca soñé con contar con una entrenadora tan dedicada y entregada a su labor y tampoco de contar con colegas tan decididos a compartir estos conocimientos y a dar juntos un paso para adelante, por el futuro.