Luego de unos días de mucho sofá, demasiado lego, recoger, recoger y volver a recoger. Días de muchas recetas nutritivas y otras cargadas de chocolate.
Semanas de jugar con un pony/unicornio Lila (que ya perdió sus alas), de cantar en la ducha la canción que ellas cantan con su muñeca. Días de hacer trenzas y desenredar nudos.
También días de dirigir la mirada hacia adentro y sentir, no solo sentir los gritos, el llanto y los golpes, si no sentir nuestra alma.
Quiero ponerme a tu servicio para que juntas podamos transitar por esta situación de la mejor manera posible y en especial sin estropear el corazón y la autoestima de ellos, nuestros pequeños.
Quiero decirle que pesar del caos familiar y el caos de la casa con tres niños, me siento muy bien, estoy tranquila, positiva y decidida a ser luz en medio de la oscuridad. Sentirme así en este momento no es normal, se debe en gran parte a muchísimas batallas que he librado en mi vida y a todo lo que he aprendido siendo mamá en el extranjero, en otras palabras a todos los aprendizajes que he adquirido en una maternidad asilada, siempre aislada de los míos.
Muchas veces la vida me ha cambiado radicalmente de un día para otro. Cuando iba para Mar de Plata Argentina y terminé un mes después me fui para Querétaro, México. Cuando me entere de mi embarazo sola en Italia, cuando llegue a Alemania si n trabajo, sin idioma, sin casa pero eso si con una bebe de 6 meses (cosas que pasan). Cuando aprendí hablar italiano y me di cuenta que había olvidado el inglés (después se recupera, pensé). Etc.
E lidiado con la incertidumbre y por muchos años he pasado mis peores momentos lejos de mis seres queridos.
Por eso les comparto hoy lo que más y sinceramente lo único que me sirve para seguir tranquila y con una sonrisa en tiempos de marea alta.
Flexibilidad. Cuantas más opciones tengamos en la baraja mejor, no se trata de tener acuarelas, óleos, temperas, crayones, marcadores, lápices, se tarta de intentar dibujar con un solo elemento un dinosaurio, una flor, las estrellas, un cocodrilo, un oso, un reloj. Se trata de menos rigidez y más creatividad. No hay que tener plan A y B, hay que tener hasta plan X, Y y Z!.
Paciencia.
Si más paciencia, no solo paciencia con tus hijos, con su crianza y con el reto familiar de crecerlos bilingües, no solo paciencia con tu pareja. Paciencia contigo!.
Soltar.
Deja esa lucha de poderes en tu hogar.
Suelta el control, deja de ser la mamá organizadora y haz el papel del observador, es la mejor forma de cuidar el ambiente familiar, hay menos prisas, así que relájate y deja que los demás pongan el ritmo, den sus primeros pasos en eso que se llama liderazgo, confía en tus hijos y ya verás como te sorprenderán.
Imperfección.
La imperfección es divina.
Se vale desayunar con torta y comer con cereales. Se vale que se te olvide la sal o que pongas mucho ajo (si tal cual).
Se vale no querer responder el teléfono, se vale correr el rímel con lágrimas y sonreír desde la ventana a la vecina cascarrabias, ahora todos somos imperfectos, todos somos vulnerables.
Te servirá alguna de estos aprendizajes en tu situación y en tu hogar?. Comenta aquí!
Un fuerte abrazo en tiempos de Covid19