Las princesas son guapas, si es cierto, pero ustedes también y no tienen que ser las princesas de papá ni las princesas de mamá, ustedes son más que eso, son dueñas de su vida, ingenieras de su pensamiento, creadoras de su inteligencia y arquitectas de su cuerpo. Se asustaron.. si! Pero solo así se enamoraran de ustedes y eso las hará todas unas héroes.
No esperen estar encerradas en una torre y no hacer nada para escapar de ella, hijas pueden escalar, bajar las escaleras, rodar, gritar por ayuda, tirarse por la cuerda, batallar contra el dragón y hasta volar. No les digo que no fracasaran, si seguro se les enredara el tacón escalando, se les tronchara el pie bajando las escaleras, se rasparan mientras bajan rodando, gritarán y las ignorarán, se tirarán por la cuerda y se romperá, batallarán con el dragón y les ganará, intentarán volar y no lo lograrán, pero continúen eternamente hasta encontrar la salida. Esa ya es la solución! No aprendan a esperar a que el príncipe azul les solucione la vida, construyan la propia.
Y en esa construcción aprenderán que todo en la vida se pelea (en el buen sentido de la palabra), se compite. Pero hay más momentos en esta vida en los que no, no se sientan amenazadas por nadie, menos por todas las mujeres que las rodean, no vaya a ser que se crean más fuertes, o que su torre le pille al príncipe más cerca (jajajaja).
Aprendan a quererse mucho, aprendan a ponerse tutu, pero también a ponerse las botas. Aprendan a lucir la corona pero también a naufragar con libros. Aprendan a sobrellevar sus complejos pero también carguen con orgullo. Aprendan a vivir con miedos pero también sueñen con la luna. Aprendan a sentir rabia pero también hagan descargas de empatía. Aprendan de la bici, el taladro y los martillos, de las fotos, las copas y los teteros, de las risas, las charlas, las revistas y los mujeriegos. Aprendan de tradiciones, de religiones, de lenguas y de los abuelos.