Estoy escribiendo desde el sofá disfrazado de cama, petición de Lucía, con la cuna al lado, petición de Aurora, ya no queda más espacio, hay silencio, un silencio que solo es interrumpido ritmicamente por la respiración de ustedes hijas y yo interrogándome por mi actuar de mamá, por eso quisiera una vez más que solo por hoy…
Sólo por hoy, solo por hoy y también de vez en cuando, de pronto una vez al mes o tal vez todos los días del año.
Solo por hoy en la mañana, voy a subir hasta tu cama, te daré el abrazo más fuerte de buenos días mientras me envuelvo entre tu sabana.
Solo por hoy sonreiré al mirar tu rostro y te besaré al ver tu mirada.
Sólo por hoy, al levantarnos voy a dejarte escoger la ropa que te vas a poner, voy a sonreír y a decirte que te ves preciosa.
Sólo por hoy, vamos a dejar los platos sucios en la mesa y voy a sentarme a escuchar después del desayuno cada palabra sobre todos los ángeles y demonios que has soñado.
Solo por hoy en el camino hacia la guardería cantaré contigo a viva voz tu canción favorita en alemán.
Solo por hoy al dejarte en la guardería te diré que yo no me quiero ir, que no te quisiera dejar.
Solo por hoy al recogerte te traeré la donut de chocolate más grande de la panadería y no importará que ensucies tu ropa y mi ropa.
Solo por hoy, no haremos llamadas por Skype y dejaré que me enseñes cómo armar ese rompecabezas juntas.
Sólo por hoy, jugaremos juntas futbol en el parque y dejaré que cada entrada al arco sea tu gol.
Solo por hoy nos sentaremos las tres en el balcón para hacer burbujas de jabón.
Sólo por esta tarde, te dejaré terminar la pizza a ti sola, pon la salsa que se te antoje y reparte los ingredientes con tu arte.
Sólo por hoy, mientras la pizza se hornea, las sentaré en mis piernas, las apachurrare entre mis brazos y les contaré la historia acerca de nuestro inicio, “érase una vez en Pino 33”, y verán lo mágica que es la vida.
Solo por hoy voy a dejar que tu decidas cuando lavar tus dientes y no voy a estar detrás de ti tratando de repasarlos.
Sólo por esta noche, te dejaré acostarte en la cuna de tu hermana, quedándonos despiertas hasta tarde contemplando la luna a través de la ventana.
Sólo por esta noche, estaré junto a ti por horas y leeré toda tu librería si así lo quieres.
Sólo por hoy en la noche, voy a apagar el teléfono y a encender una vela, para sentarme junto a tu padre con nuestra caja gris, a recordar, a admirar el camino de este andar.
Sólo por hoy, al acostarme no voy a preocuparme sobre qué va a ser de ustedes cuando crezcan y tampoco voy a criticarme a mi misma en mis desiciones como madre.
Simplemente voy a pensar en nuestros dos ángeles eternos, agradeceré a la vida por tenerlas y no pediré nada, excepto que me deje vivir un día más, otro día como hoy.