En primer lugar me gustaría dejar clara la diferencia entre un berrinche y una crisis. Porque?
Porque los berrinches y las crisis pueden lucir parecidos.
Puede ser difícil diferenciarlos tan solo observando si el niño esta enfadado o frustrado. Pero tenemos que afilar el ojo; tengamos en cuenta que los niños no tienen crisis a propósito, y puede que se sientan mal por tenerlas, en cambio los berrinches los crean, esperan un resultado de nuestra parte. Entonces, si el niño de 5 años me grita "pues ahora papá no quiero hablar tu idioma!!", esto que es? Un berrinche, verdad. En cambio si veo que se apena, se esconde, se queda callado, y de pronto también se enfada. Es muy probable que estemos pasando por una crisis.
En un berrinche un niño esta tratando de obtener algo que quiere o necesita, se da por una reacción impulsiva.
En una crisis un niño llega a perder el control de sus emociones, se enfrenta con dificultad a los cambios, en este caso poniendo en peligro el desarrollo del idioma.
Por tanto una crisis es una reacción o una situación que se da cuando las personas se sienten abrumadas. En el caso de los idiomas se da por que están expuestos a demasiada información y tienen que procesarla.
Lo difícil es que los berrinches podrían desencadenar una crisis.
El berrinche pasa cuando los niños consiguen lo que quieren, la crisis se supera cuando la carga sensorial o mental disminuye.
Tener ese sentimiento no está mal, que se presente estas situaciones es muy normal, lo que puede causar problemas es lo que hagan los niños con esos sentimientos y la manera en la que nosotros como padres logremos salir de ellas.
Después de tener esto claro quiero dejarte aquí algunas pasos que he puesto en práctica para logra superar la crisis del idioma; cuando empiezas a escuchar "no puedo/no quiero/ no tengo porque hablar tu idioma, mamá".
1. Empieza por preguntarle al niño acerca de aquella frustración, de pronto siente que no logra hablar igual de bien que sus padres?, no quiere hablarlo por que no lo hablan sus amigos? Hay un sin fin de razones que a ellos les puede estar afectando.
2. Escúchale cuando te hable. Asiente con la cabeza o sonríele para hacerle comprender que le entiendes. Contéstale cuando te haga una pregunta o abrázalo fuerte si prefiere quedarse en silencio.
3. Ponle humor a la cosa. Cuéntale un chiste, o di una cosa graciosa. Hay una cara que a el niño lo haga reír de inmediato. Puedes contarles una anécdota de tu vida mientras aprendías algún idioma, momentos en los que te bloqueaste y no pudiste continuar tu discurso. Ríete di ti mismo.
4. Hacer una lista con las cosas buenas que hacen en relación a los idiomas, ayudará al niño a ver todas las cosas buenas que tiene alrededor para combatir su pesimismo, que palabras complicadas ha aprendido la noche anterior con la lectura de las buenas noches o que frases coloquiales hemos introducido en el día a día.
5. Explícale lo más simple y directamente posible que esos comportamientos son comunes y pueden mejorarse.
6. Reconozca la posibilidad de que su hijo no esté interesado en el asunto. Por tanto, debemos dejar que se expresen en otro idioma aunque no sea nuestra estrategia, aunque no sea lo que creemos correcto. Cuando terminen podemos antes de responderles repetir su frase en nuestro idioma, el niño no debe repetirla no debe aprendérsela, solo nosotros debemos mostrarle cómo se diría.
7. Anime al niño a hacer preguntas y dale respuestas directas. Al igual que los adultos, los niños pueden enfrentar mejor una crisis si sienten que la entienden. Los intercambios de preguntas y respuestas son un modo de garantizar un apoyo continuo para el niño a medida que comienza a entender la crisis y su reacción ante la misma.
8. Sobre todo, aplaude sus intervenciones, felicítalos por sus logros. "Que bien has pronunciado" o "me encanta como has logrado expresarte". Cuando intenten hablar delante de la familia o de extraños, hazles sentir que lo hacen bien, ganarán seguridad.
Ponte a pensar si sólo destacas sus fallos, a veces lo hacemos inconscientemente, así que olvida frases como “es que te cuesta mucho, cierto”, “porque eres tan tímida”, “deja de tartamudear”, todas esas frases hace que la seguridad se pierda, y se llegue a la crisis del idioma.
9. No te olvides de sus gustos. Por ejemplo, si a tu hijo le gusta leer comics, regalale un libro de comics en la lengua minoritaria, léanlo juntos si necesita ayuda, o si a tu hijo le gusta el fútbol, vean un partido en uno de los canales que emiten en español. Si el más pequeño y se desvive por los dinosaurios, pues con libros ilustrados lograrás explicarlo en el idioma que necesites.
10. Empatía!!!. Es mucho más aconsejable hacer un ejercicio de empatía y mostrar comprensión por sus sentimientos, ponernos en su posición y lograr comprender por que no quiere, si ya se no es fácil, no resuelve nada la momento, pero ten paciencia que a largo plazo la empatia dará los mejores resultados. Estos son algunos ejemplos de frases que muestran empatía:
- Tienes derecho a sentir frustración. Yo también me sentí así muchas veces cuando tenía tu edad.
- Entiendo que eso te preocupe
- Yo también estaría preocupado.
- Estás cansado. Lo entiendo, y tienes derecho a estarlo. Vamos a intentarlo más adelante.
- Comprendo que te sientas con mayor trabajo que tus compañeros.
- Si ahora no quieres hablar, estoy seguro de que es por un buen motivo. Me gustaría que me lo contarás más adelante.
Después de darle una buena dosis de empatía, el niño se siente comprendido y conecta contigo, conecta con sus padres, por lo que se sentirá mejor de manera inmediata y querrá ser ayudado. En muchas ocasiones, lo único que necesitan para sentirse mejor es que alguien empatice con ellos. El simple hecho de saber que su padre o madre los comprende los lleva a sentirse seguros y con ganas de seguir intentándolo.
Ayudarle a superar esos sentimientos. No tengamos miedo como padres de reconocer que el camino del multilinguismo es difícil. Aquí sirve muchísimo recordarles el porque es importante hablar no solo el idioma local sino también el idioma de mamá y papá. link porque es importante el idioma familiar.