He decidido ponerme a escribir este artículo mientras mi hijo Francesco menor llora y por ende lo pego a la teta, Aurora juega en el jardín con arena y agua, y Lucía celebra un cumpleaños lejos de casa. Un día en el que el termometro marca alarma, en rojo, un rojo vivo, en Berlín hay 38 grados.
Pero para todo hay un día, un día en el que se toma la decisión se arranca, simplemente como cuando se presiona el embrague y se mete primera.
Tomar decisiones importantes es una de las tareas más pesadas, estresantes y que más pereza nos dan en nuestra vida. Pero hace dos años quería empezar a escribir más y más sobre esto, y tan solo hasta hoy lo he logrado.
He decidido dedicarme a contar mi historia, la historia de mis hijos con el cambio de culturas y por tanto con un cambio constante de idiomas.
He decidido apoyar a familias bilingües, trilingües de nacimiento y también a aquellas que por interés propio sin que las circunstancias los obliguen desean crecer hijos multilingues.
Si, he decidido acompañar a familias que se sienten inseguras y llenas de dudas en este proceso.
He decidido que juntos podemos activar una lengua pasiva en nuestros hijos.
He decidido aprender de mis errores, y que otros también aprendan de ellos, aprender de la experiencia de las demás familias y permitir que el mundo conozca la nuestra.
He decidido poner en marcha un proyecto, que seguirá bajo el nombre de la Familia Fettuccini pero con mayor interés hacia el desarrollo del multilinguismo.
Debido a las tendencias globales en la migración y la reciente expansión, se encuentran padres con una preocupación más que afrontar. Nuevo multilinguismo. Es la aparición de niños que desde el nacimiento están expuesto a tres o más idioma; un reto titán para papá y mamá.
Me he tirado al ruedo por que considero que estoy en el momento perfecto para contar la experiencia, me encuentro full sumergida en ella, por que? Ya verán.
En el momento mi hija mayor de seis años es trilingue, si lo he logrado, por que el logro no es solo de ella también es mio y del papá, aquí hemos trabajado todos duro y con paciencia por eso; mi segunda hija de dos años empieza hablar claro por ahora se comunica de base en español e italiano, y ha iniciado a sumergirse en el idioma local al 100%, aunque todavía no inicia en la guardería; y mi tercer hijo todavía no habla, pero su repertorio de sonidos, sílabas y gestos es cada vez mayor, así que ahí esta la respuesta, tres niños, cada uno en una etapa linguistica muy diferente.
Nosotros nos vamos al ruedo. Espero se quieran tirar conmigo.