Alemania ofrece las mejores condiciones para pasar unas vacaciones en familia, lo hemos ya confirmado con Hamburgo, Frankfurt, Bremen, Berlin, Hannover, Stralsund y pueblitos del norte, aparte de ciudades tiene interesantes destinos para hacer excursiones, como parques temáticos, castillos medievales, y experiencias en plena naturaleza para realizar actividades deportivas.
Así que esta vez basto una llamada de nuestro amigo Domenico que vive en Bristol diciendo: hey nos vemos del 18 al 22 de febrero en Colonia? La respuesta de Pier obviamente no fue un si de primera, yo mire tiquetes aéreos en el mismo instante y con la oferta que encontré.. como no viajar?? Así que ahi estábamos los cinco de nuevo juntos, sin ningún plan, escasamente Alessia (novia de Domenico) y yo habíamos reservado un apartamento para tener donde llegar esa noche.
Colonia es perfecta en tamaño para pasar unos días recorriéndola tranquilamente, pasear por sus calles o simplemente descansar a la orilla del Rin, donde encontramos un edificio con forma de barco, era exactamente el Museo del chocolate, se nos creo una ansia enorme por entrar, me da la sensación que era un museo por el estilo de los museos de chocolate en suiza que te regalan chocolate por doquier, lastima que al final de la visita no fue así! En fin aquí se muestra la procedencia del cacao, con sus plantas tropicales y todo el proceso de elaboración del chocolate, las tacitas donde los reyes tomaban los primeros chocolates, etc, mucha historia y poca degustación.
Su famosa Catedral sufrió muchos destrozos en los bombardeos de la II Guerra Mundial aunque la estructura se mantuvo y ha podido ser bien restaurada, solo que se encuentra rodeada de la estación central y demás edificios que en mi opinión le roban su majestuosidad. La entrada tenebrosa al Museo Ludwig con Lucía fue todo un éxito, este es uno de los museos más importantes referentes al arte moderno, posee una colección renombrada donde el expresionismo, la vanguardia rusa, el pop art, y así se pasaron dos horas con niños abordo dentro del museo.
Se pueden alquilar bicicletas y recorrer la ciudad a buen ritmo, nosotros imagino cansados de usar la bici a diario, decidimos caminar toda la ciudad, con tres días enteros y sin plan logramos hacerlo, de paso nos topamos con un restaurante alemán buenísimo pues para ellos que disfrutaban del codillo de cerdo y todas sus especialidades en carne, tres veces en tres días nos detuvimos aquí, por esto del vegetarianismo, Lucia y yo tomábamos Kölsch, apfelsaft y comíamos papas.
El frío húmedo de febrero se sentía inmediatamente al salir del apartamento, pero esto no impidió que saliéramos a caminar el cuarto día bajo la neblina de Colonia para dirigirnos esa mañana a Düsseldorf. Una de las mejores cosas para hacer en esta pequeña ciudad, es simplemente caminar por el Paseo del Río Rin.
Nuestra habitual forma de viaje en familia, este vez le sumamos esa de viajar con amigos que lo hacen todo aun más entretenido e inolvidable. Ademas Dom y Ale son la pareja de amigos perfecta que nos conocen, simpatizan con Lucía y también comprenden todas nuestras mañas.