Viviendo en el extranjero y teniendo contacto continuo con familias hispanas en Alemania, he empezado a ser consciente de las preocupaciones y los temores que se nos presentan respecto a la perdida del español, como lengua minoritaria.
Ahora es mi turno. Mi hija está por entrar al colegio y me lleno de preocupaciones también.
Dentro de ellas tanto como yo, seguro a ti también te han dicho va a perder el español. Me lo han dicho muchas veces me lo dijeron cuando iba entrar a la guardería, me lo volvieron a repetir ahora que está por entrar al colegio; que todo el trabajo, todo el esfuerzo y todo el español que hoy maneja lo va a perder.
Es un miedo constante de muchas familias hispanohablantes en el extranjero sin embargo hoy quiero reflexionar sobre el tema y decirte, mejor convencerme a mí misma que mantener el español depende de nosotros. De nosotros adultos, de nuestro trabajo y nuestra dedicación como padres con nuestros hijos en esa lengua. De la conexión que hemos creado y que seguiremos creando en ellos y la cultura que enrolla esa lengua.
Es cierto que la inmersión de manera mas global en la sociedad de la lengua local, que el rol que empezarán a jugar los amigos y las nuevas actividades influirán bastante en la preferencia de la lengua de nuestros hijos. Sin embargo, quiero compartirte que tenemos dos puntos fuertes a favor.
1. Su capacidad de aprendizaje por los seis y siete años es extraordinaria. El desarrollo de su lenguaje y los avances en la lengua local, nos darán muchas oportunidades de diálogo en la lengua minoritaria. Entrarán a tener una rutina que nos ayudará a ser constantes también con el español en casa. En estas edades suelen tener una mayor capacidad de concentración, así que aprovechalá en beneficio de las lenguas de familia.
2. Su curiosidad esta en furor. Empezarán a cuestionarse más cosas de la vida y tu estarás ahí para apoyarlo con explicaciones y consejos. A lo mejor su interés por el arte, la música, la danza o el teatro te pueden brindar nuevas oportunidades para seguir enseñando el español a tu hijo. No desistas.
Es posible mantener viva la lengua minoritaria a pesar de los cambios en al dinámica familiar.
Con cariño,
Laura