Algunos errores en la crianza bi/multilingüe
Cuantos "errores" hice, cuantos errores me resalto la sociedad, cuantos errores considero que el día de hoy puedo estar cometiendo. Pero un día me pregunté si en realidad eran errores. Y reflexionado me di cuenta que no lo eran del todo, muchos eran solo temores, otros eran momentos bruscos en la dinámica familiar.
Hoy quiero que reflexionemos juntos:
Las familias que ves desde la ventana criando entre idiomas, los padres del niño que hoy cumple 15 años y habla muy bien tres lenguas, la mamá de Juanita que desde los dos años decidió hablarle inglés, el papá de los gemelos que habla con sus hijos en francés y en japonés, los padres del adulto políglota que hoy tiene 42 años, también cometieron (cometen) errores y aún así lo lograron (lo están logrando).
Logran dar un muy buen regalo a sus hijos, uno excepcional, una lengua o muchas. Pero quiero decirte que ellos también cometieron "errores" en este proceso.
Si te diste cuenta ayer que estabas fallando en algo en este proceso entre lenguas, si hoy reconociste que esa actividad que tú quieres está más bien desmotivando a tu hijo, si hace una semana te informaste y ahora quieres hacerlo diferente.
Es el momento, toma el sartén por el mango y no tengas miedo ha realizar cambios, no desistas si sientes que has fallado, fluye con la dinámica, con tu dinámica familiar, se flexible, cuestiónate y sigue adelante.
Es un proceso y hay altibajos.
A veces tuyos, papá y mamá.
A veces del niño.
Y hay oportunidades todos los días para volverlo a intentar.
Criar a niños bilingües es algunas veces retador. Tras un año y medio de estar acompañado familias y niños en el mantenimiento de un bilingüismo activo y de un conexión sana con la lengua de herencia de los padres. He logrado realizar una lista con los "errores" más comunes en el camino hacia el bilingüismo infantil:
1. No ser flexibles
El entorno del bilingüismo es un camino cambiante y complejo, exige reaccionar de forma rápida y adecuada a los constantes situaciones familiares. Podemos mantener la flexibilidad y la estructura estando alerta a las emociones de nuestros hijos, interpretando desde los zapatos de la infancia las reacciones frente a una lengua especifica o frente a un momento determinado; desarrollando en nosotros la capacidad de usar las oportunidades y los cambios para seguir conectando con la lengua y con los representantes de esa lengua.
Sumando a esto también la flexibilidad que debemos tener para propiciar cambios cuando detectemos que la dinámica familiar a cambiado o cuando sea necesario por el desarrollo físico, emocional y cognitiva de los pequeños.
2. Pensar que tu hijo será automáticamente bilingüe
Uno de los errores más comunes que cometen los padres que educan a niños bilingües es que piensan que, por el hecho de hablar diferentes lenguas en casa (familia), la conexión con la lengua será fuerte y suficiente para ser bilingües activos. Seguramente es una de las razones por las que muchos niños terminan siendo bilingües pasivos, es decir, que entiende la lengua cuando se les habla, pero no cuentas con las herramientas suficientes para responder en ella. No es así de sencillo. Criar a un niño bilingüe requiere trabajo en equipo, esfuerzo y mucha paciencia.
3. Corregir demasiado a tu hijo
Cuantas ganas nos dan de corregir a nuestros hijos cuando dicen mal una palabra, cuando pronuncian la /r/ guturales, cuando conjugan mal un verbo, cuando mezclan lenguas. Conozco esa sensación, solo que hacerlo demasiado, recalcarle cada vez que comete un error provoca la interrupción en la comunicación, el flujo de la comunicación se detiene, y podemos llegar a perder la conexión con nuestros hijos y su intención de comunicar. Te recomiendo enfocar las correcciones en la palabra o la frase, y no en el niño. Puedes iniciar a basarte en las fortaleces de tu hijo y motivarlo a continuar a hablar las lenguas de la familia reconociendo sus esfuerzos, apoyando sus avances, y poco a poco con el ejemplo nuestro, empezaremos a ver cambios.
4. No ser coherente
Otro de los principales errores, digamos mejor debilidad, que cometen los padres al educar a sus hijos bilingües es no ser coherentes. Si te decidiste por una estrategia lingüística, síguela, si te decidiste por una combinación entre ellas, mantenla por un tiempo prolongado. Si tienes un plan, asegúrate de cumplirlo. Sea cual sea la estrategia lingüística que utilices, puede ser OPOL, lengua minoritaria en casa, tiempo/lugar, un mix de lenguas, o incluso un mezcla entre estas estrategias, se consecuente con ello. Recuerda que somos el ejemplo.
Tampoco se tata de aferrarse a un plan, recuerda el punto numero 1. Si vemos necesario realizar un cambio es posible siempre, recuerda comunicarlo con toda la familia.
5. Dejarse influenciar por los comentarios o consejos negativos hacia la crianza bilingüe
En los temas de maternidad, crianza y educación es común recibir opiniones y diversos puntos de vista, es común que nos interroguen sobre un decisión que hemos tomado para nuestros hijos. Siempre hay familiares o amigos a nuestro alrededor que piensan que lo que hemos decidido no se puede hacer, otros pueden llegar a pensar que es inútil, muchos nos podrán llegar a decir que no lo lograremos.
Hay diferentes mitos y conceptos erróneos sobre la crianza de niños bilingües y todo el mundo va a tener una opinión, cada vez hay más investigaciones en neurociencia y cada vez somos más la familias que lo estamos logrando.
Así, que si estas viviendo esta situación, te recomiendo de escuchar, no ignores a la persona que te da su opinión, esfuérzate por comprender desde que punto habla esa persona. Desde que experiencias propias, cada uno ha vivido y se ha informado de manera diferente. Acepta su comentario y concentrate en los aspectos positivos de su discurso, no quiero decir que abandones tu objetivo, mantente firme, abrazando las razones por las que quieres educar a tus hijos para que sean bi/multilingües.
6. Pensar que es demasiado tarde
Solemos dejar todo para después, y después después decimos que ya es muy tarde. Te doy animo y te cuento que no es tarde. Nunca pienses que es demasiado tarde. A cualquier edad podemos adquirir una lengua, existen muchas herramientas que puedes usar para introducir una nueva lengua o para iniciar a comunicarte en tu lengua materna con tus hijos. Encontrarás en situaciones cotidianas las oportunidades para dar suficiente exposición para que sean bilingües. No es por supuesto, que cuanto más pequeños sean, más fácil será (suele ser más sencillo, porque vamos con menos prisa y paralelamente se están desarrollando las habilidades del lenguaje en general).
Pero no lo tomes por sentado, lo que es por supuesto es que puedes empezar ya, o mañana si quieres esperar un poquitito (solo te doy un día más). Los niños pueden aprender un idioma a cualquier edad, al igual que los adultos, solo vamos a aplicar otras herramientas e incluso otros métodos.
7. Rendirse
Es cierto que hay mayor numero de familias criando bi/multilingüe, también es cierto que es mayor el número de padres que abandonan la crianza bilingüe y también es mayor el número de niños que en la adolesencia terminan siendo bilingües pasivos. Así que no te rindas, sigue por ello. Ten presente siempre que no es un proceso que va siempre en subida, tampoco es un camino que va en linea recta, es un camino con muchos descensos, con cruces, con obstáculos, de repente hay un puente firme y más allá tienes que atravesar uno colgante. Llegarás a pisar terrenos movedizos y más allá estarás en la pista de atletismo dando un salto largo.
Tú no te rindas. Si lo necesitas, busca apoyo de personas externas, tu y tus hijos lo agradecerán a la larga.
Yo he cometido algunos de estos errores, también he sentido ahora con tres hijos y cuatro lenguas que es demasiado, no para ellos, sino para mi, la que me he puesto toda la carga encima. Lo mejor de todo es que todos estos puntos se pueden ajustar, tienen solución, lo más importante es que cada uno de ellos son oportunidades para aprender a seguir dando zancadas en este proceso bilingüe.
Nosotros nos hemos ajustado muchas veces, hemos decidido actividades que no aportan a nuestra familia, nos hemos equivocado en decisiones, pero no hemos abandonado nuestro objetivo
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Con cariño,
Laura Gutiérrez