Este es uno de los post que se quedaron en la carpeta titulada “para esta semana”, era una semana antes de viajar a Sicilia, y con esa carpeta llegue igual de Sicilia, sin terminar. Pero este es un post importante, un post no solo para mamás, un post para que todos entendamos una vez más alguno de los momentos por los que pasa mamá.
Nunca lo imagine, me esta sucediendo lo que nunca soñé, algo que nunca hubiera imaginado, algo que ni siquiera sabía que existía. Lo descubrí en el periodo de lactancia de mi segunda hija. Se llama <agitación del amamantamiento>. Así es! Me agitaba. Me bloqueaba y la rechazaba. Triste pero es mi realidad y es la realidad muchas, por eso he decidido escribir sobre este grave síndrome, así lo catalogo yo!
Si seguimos amamantando nuestros pequeños después del año y medio o los dos años, seguro que es más por una cuestión de cariño, de apego, de disfrutar de un momento único entre ambos, de ese instante que solos podemos compartir. Y cuando llega la <agitación del amamantamiento> es algo que no podemos explicar, para rematar que quien necesita la explicación en primer plano es tu marido, un hombre que no tiene bola de idea de lo que puedes estar sintiendo. Cuesta que nosotras lo aceptemos y cuesta que ellos lo entiendan.
Que sucede?
Es el momento en que la madre rechaza al niño que le pide pecho, es el momento en el cual la mamá no quiere contacto. Se puede sentir un intenso malestar emocional. La mamá busca con urgencia e impaciencia que cada toma termine. Y eso conlleva a una necesidad absoluta de apartar el niño. Cada mujer lo puede explicar un poco a su manera.
Cómo es posible?
Suele suceder cuando los niños tienen más de año y medio, cuando se acerca el periodo menstrual, cuando están embarazadas y dan el pecho o cuando lactan en tándem. También suele ocurrir cuando se presenta falta de sueño y cargas de estrés. Es un rechazo inconsciente e irracional.
Que se puede esperar?
Literal rechazaras a tu bebé el cual estas acostumbrada a amantar. Frases como “no puedo más”, “no lo soporto“, “encargate tu”, “quiero acabar con esto ya”, “no aguanto” son básicamente las que se suelen decir. La madre podría tratar de explicarle al niño y al persona adulta de confianza que este a su alrededor, pero también podría dejar el niño llorando en la cama.
Que se puede hacer?
Recordar que es normal, que es transitorio. Que no es tu voluntad.
Necesitas alguien que sepa de qué estas hablando. Háblalo con otras mamás lactantes, mándale un articulo sobre el tema a tu compañero.
Identifica el momento. Organiza las tomas. Reduce el tiempo o pacta una rutina.
Esperar. Paciencia suele pasar en unas horas o al siguiente día.
Si hay continuidad, lo mejor es destetar.
Mi experiencia:
Sentía que estaba en un juego entre el querer y no poder. Amamantar de largo a mi segunda hija fue un de mis sueños durante todo el embarazo. El sueño estaba teniendo un suceso increíble, como Titanic en Hollywood, llevaba amantando a demanda, sin pompearme, sin teteros, sin problemas, un año y medio y lo había disfrutado como niño con juguete nuevo, hasta que llego esto, <agitación del amamantamiento>. A mi me empezó a suceder por las noches, a la hora de dormirla, habían días en los que no soportaba que me pidiera el pecho. No entendía que me sucedía, no quería que me sucediera. Me enfadaba conmigo, con ella, con mi esposo, me alejaba de ella, hasta me encerraba en el baño tratando de escapar, evadiendo su llanto. Me sentía culpable. Y no entendía porque mi hija, el ser que más amo en el mundo era la causa de esa sensación. Como toda madre que lo sufre, yo también me la pase realmente mal, aún más porque lo calle. No me gustaba que mi hija mayor viera como apartaba a su hermana de mi cuerpo, lo calle y sintiendo lo que sintiera la amamantaba, lo calle y no lo comparto con nadie no conocí a nadie en ese momento que lo hubiera vivido. Es muy duro decir que rechazas a tu hijo, que no quieres que venga a pedirte pecho y que cuando se lo das sólo estás pensando en quitártelo de encima como sea. Todo junto me hacia sentir aún peor.
Por lo vivido, por lo leído y por lo meditado con el tema, concluyo que no hay razón para avergonzarse. El hecho de que en el periodo de lactancia se experimente <agitación del amamantamiento>, no te hace mala madre.
Una vez más lo estas haciendo genial!